El Callosa Deportiva está inmerso en un laberinto sin salida visible en el Grupo Sur de Lliga Comunitat. Un campeonato que no da tregua y que penaliza cada despiste con dureza. Y en el caso de los callosinos ya son unos cuantos acumulados.
Este sábado visitaban al Tabernes de la Valldigna en la segunda jornada de la segunda vuelta. El objetivo era poner la primera piedra de una reacción que les saque de los puestos de descenso pero volvían a la Vega Baja con una derrota por 2-1 y una losa todavía más pesada.
Seis derrotas consecutivas en competición doméstica les hunden en el penúltimo puesto de la tabla, con opciones de acabar la jornada en el farolillo rojo si el Jávea logra puntuar. Una posibilidad que agravaría todavía más la crisis en El Palmeral.
El panorama es desolador en clave blanquiazul: sin resultados desde la llegada de Juanvi López, sin tiempo para que los nuevos fichajes puedan adaptarse, con un desencanto evidente de buena parte de la afición y con la visita del Crevillente en el horizonte más cercano.
