La cara de la moneda cruel del fútbol asestó un duro golpe este domingo al CD Almoradí. Especialmente por la buena imagen mostrada por el equipo de Gil en los 90 minutos y por la manera en la que se producía la derrota ante el Independiente de Alicante.
El Sadrián presentaba un gran aspecto para recibir a uno de los equipos mejor configurados por plantilla en el Grupo V de la Preferente. Una primera parte muy táctica fue antesala de un segundo acto en el que ambos equipos fueron a por la victoria.
Los azulgrana y los alicantinos dispusieron de varias ocasiones, pero la contraseña del partido no se resolvió hasta la última jugada. Con los locales volcados en ataque llegó una contra que terminó en pase de la muerte y el 0-1 definitivo.
FOTO: MANOLO GONZÁLVEZ
