Apenas unas horas antes de iniciar el matrimonio de su vida, José Antonio Gil ha anunciado la ruptura de su unión con el CD Almoradí. Una decisión tomada desde hace días que se ha hecho oficial después de que su equipo terminara la liga este jueves ante el Crevillente Deportivo con una derrota por 1-2.
Gil dice adiós a su casa, a la que regresaba la pasada temporada como principal líder de un proyecto que se quedó a las puertas de jugar playoff de ascenso a 3ª RFEF. Y después de una 2021/2022 en la que no han podido mantener su propia dinámica ni el ritmo de puntuación de los de arriba.
El técnico queda libre antes de un verano que se presenta movido en los banquillos del Grupo V de la Regional Preferente. Esta ha sido su segunda aventura como primer entrenador, tras haber dirigido al filial del Callosa Deportiva CF.
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Y hasta aquí.
Jamás imaginé vivir todo lo vivido, aprender todo lo aprendido y soñar todo lo que he soñado. Me voy de mi casa, de mi club, ese que he defendido con el alma. Y sí, sin lugar a dudas, puedo decir que me marcho con la cabeza muy alta, con muchísimos objetivos cumplidos y con la satisfacción de haber dejado hasta la última gota de aliento en cada entreno, en cada charla, en cada partido. ¿Desilusionado por abandonar el club que me ha visto crecer?. Por supuesto, sobre todo con algunas personas y actitudes. Fútbol, imagino. Aprendizaje para el futuro, eso seguro. ¿Contento por los resultados obtenidos?. Siempre hay que ser ambicioso y querer más, pero han sido 2 temporadas en las que hemos enganchado a la gente, hemos visto el Sadrian como hacía años que no se veía y hemos luchado por objetivos muy bonitos. Eso quedará para siempre.
¿Momentos?. Imborrables. No podría quedarme sólo con uno y si cierro los ojos veo el poste del Palmeral en aquel ambiente de otra categoría, veo a Manu metiéndola en la escuadra aquel miércoles mágico, veo a Mounir y a Saúl en el 92, también veo demasiadas amarillas por vivirlo con pasión, veo el viaje a Moncada, veo nervios, frustración y la pizarra rota en Crevillente. Veo, en definitiva, puro fútbol.
Tan sólo me queda dar las gracias a todos aquellos que han empujado, han sufrido, viajado, sonreído e incluso llorado a mi lado. A mi mujer, Maria, sufridora nata, solo ella y la pizarra del cuarto saben todo lo que hemos trabajado en estos meses. La quiero a morir. A mi familia, mi padre y mi hermana no se han perdido ni un sólo partido, siempre animando y haciendo más fáciles las derrotas y más grandes si cabe las alegrias. A mi hermano, creador de esa maravillosa Peña del Andamio que llevaré siempre muy dentro, Pulpo, Juanlu, Oliver, Joaquin, Alba, Vecino, Bres…un millón de gracias por esos platillos llenos de magia, habéis sido el número 12 cada jornada. A Guti, Pablo, Pedro, Abraham, Javi, Miguel, Pablo Meseguer, Rubén, Ramón…consejeros en la sombra, sufridores en la grada y amigos en mayúsculas. A todos los futbolistas que he tenido el placer de dirigir, gracias por ayudarme a crecer, me habéis hecho perder muchas horas de sueño pero también me habéis hecho inmensamente feliz. Mención especial para mis “capis”, esta aventura sin vosotros no hubiera tenido tantas sonrisas.Y por último a los indispensables, esos que han aguantado malas caras, gritos, lavado de petos, malos entrenos, días nefastos…pero también esos que siempre me han llevado en hombros, esos brazos que nunca me han soltado y esas voces que siempre han ayudado a los de azul y grana. Cristian, Gustavo, Juan, Sergi, Manolo, Ramón, Charly, Paco…no han sido mi cuerpo técnico, han sido mis ángeles de la guarda, os merecéis todo lo bueno que os pase.
Y sí, por si queda alguna duda, hace sólo unas horas de la noticia, pero ya estoy pensando en la próxima aventura, en el siguiente campo que asaltar como visitante y en volver a celebrar un gol en el 90.
Hasta pronto .Gil.
FOTO: MANOLO GONZÁLVEZ