Manuel Jesús Rodríguez comenzó su andadura en el mundo del fútbol hasta que a día de hoy, decidió dar el paso al banquillo en las escuelas bases del C.F Mediterráneo. El entrenador de porteros ha hablado para 3DVegaBaja donde cuenta sus primeras etapas y las decisiones que lo llevaron a mantener la ilusión por el fútbol.
Pregunta: ¿Cómo fueron tus inicios como futbolista?
Respuesta: «Empecé de pequeño como jugador en el Oriol pero gracias a Iker Casillas, que es mi ídolo, me di cuenta que quería ser portero. En infantil me hice portero jugando para el Raiguero de Bonanza y al año siguiente me fui al Benferri donde tuve mejoría. Tuve paso por el Orihuela y luego acabé en el Cox donde tuve más oportunidad de minutos. Pero con la altura que tenía, los entrenadores consideraron que no era óptimo».
P. ¿Por qué decidiste dejar tu etapa de futbolista para dar el paso a ser entrenador?
R. «Para no alejarme del fútbol. El entorno del fútbol no te lo da otro deporte o al menos yo lo considero así. Y el querer enseñar y poder ayudar a otras personas lo que no he podido yo, diría que es por ese motivo».
P. ¿Qué crees que es lo más importante para entrenar a niños del fútbol base?
R. «La paciencia y que te guste hacerlo. Tienes que transmitirles ilusión pero sin pasar la línea de sobre cargarlos mentalmente para que no se quemen del fútbol».
P. ¿Cómo está evolucionando el entrenamiento de porteros en las bases?
R. «Ha dejado de ser un entrenamiento técnico, como parar, blocar, despejar… Para convertirse en una preparación diferente. Ahora se trabaja desde la lectura del juego, toma de decisiones y salida de balón. Ya no es solo la reacción bajo palos, también incluye preparación psicológica porque la posición es muy exigente».
P. ¿Qué es lo que más se valora en la proyección de un portero?
R. » La personalidad y el carácter competitivo. La confianza y liderazgo pesan tanto como la técnica. También la capacidad de adaptación, en los que pueda jugar en distintos contextos y estilos. Por otra parte, la lectura táctica, es decir, saber cuando salir, cuando temporizar, cómo colocarse según la jugada… Pero sobre todo la capacidad de trabajo y progresión. Se valora mucho la mejora constante, incluso más que el nivel puntual».
P. ¿Se está haciendo hincapié en los juegos de pies desde atrás?
R. «Sí, muchísimo. El portero es considerado como el primer atacante y último defensor. Se entrenan controles orientados, golpeos precisos en corto y en largo, juego con ambas piernas e incluso en situaciones de presión alta. Se busca que el portero sea seguro con balón en los pies, capaz de dar continuidad al juego, no solo de despejar».
P. ¿Se le da importancia a la altura y envergadura a los porteros actuales?
R. «Desde mi experiencia si que es importante. A mí el tema de la altura me perjudicó mucho ya que los entrenadores nunca confían en un portero bajito. Luego era curioso porque cuando me daban la oportunidad, nunca me volvían a sentar en el banquillo. Pero sí es importante aunque cada vez se busca más agilidad, velocidad de reacción, coordinación y juego de pies. Ya se están viendo casos de porteros de 1’80 ,1’83 que llegan al fútbol profesional».
P. ¿Cómo se forjó tu llegada al C.F Mediterráneo?
R. «Lo decantó todo el empezar a entrenar a unos porteros del club y con un campus que hice en Ibiza. Al volver me encontré la oferta de llevar el entrenamiento de porteros y el equipo».
P. ¿Cuál fue tu función la pasada temporada en el club?
R. «El año pasado yo estaba de segundo entrenador en Santomera. Y a final de temporada me llamaron para la posibilidad de entrenar a unos porteros, pero mi función fue de segundo de entrenador principalmente».
P. ¿Qué objetivos tienes personalmente?
R. «Desde la pasión y el esfuerzo todo se puede conseguir. Le pongo muchas ganas en cada entrenamiento con los niños y les ayudo en todo lo que puedo. Con el equipo que tengo a cargo, mi aspiración es sobre todo hacerles disfrutar del fútbol y soñando en grande, poder ganar la liga. Respecto a los porteros, quiero hacerles mejorar hasta que cojan un nivel elevado».