Pablo Pallarés llegó al Orihuela CF en el límite del mercado invernal para reforzar la punta de ataque de Gerard Albaladejo. 3 semanas después el club escorpión ha anunciado que finalmente no podrá contar con este refuerzo para el último tramo de la 2019/2020.
El Orihuela CF ha comunicado que no ha podido tramitar la licencia del jugador debido a un retraso en la presentación de su rescisión con su anterior club. El atacante valenciano firmaba su contrato con la entidad oriolana el pasado viernes 31 de enero y desde entonces el club escorpión ha procedido a realizar todos los trámites para la obtención de su licencia federativa para que estuviera a disposición del técnico.
Pero la RFEF ha comunicado la imposibilidad de inscribirlo en la plantilla o en cualquier otro club en la presente temporada dado que la rescisión de contrato con su anterior club se presentó fuera de plazo.
El Orihuela CF «lamenta profundamente esta situación que ha trastocado la confección de la plantilla y ha perjudicado, sobre todo, al jugador. El club trabaja ya en la búsqueda de un nuevo atacante para la plantilla que complete el elenco de jugadores a disposición de Gerard Albadalejo en este tramo final de campaña».
Por su parte, Pallarés ha querido explicar a través de un comunicado la difícil situación que está atravesando: «Me siento tremendamente decepcionado porque pensaba que iban a darme la licencia federativa, tenía una esperanza de que comprendieran mi caso porque yo lo hice todo como correspondía, y como consecuencia de una negligencia del Badalona, al comunicar mi baja federativa 5 días después de firmarse, incumpliendo las obligaciones que como club tiene, he salido tremendamente perjudicado, no pudiendo desempeñar mi profesión. Me siento desprotegido ante una situación de la que no soy responsable, y sí el principal perjudicado. El daño que me han provocado con 33 años, en mis últimos años de carrera profesional, es irreparable, no solo porque me han privado de hacer lo que he amado y hecho toda mi vida, sino porque me han impedido, con su conducta dolosa, obtener un salario por mi actividad profesional, dañando mi capacidad económica y la de mi familia. Por ello, adoptaré de inmediato las acciones legales correspondientes ante los Juzgados competentes, para lograr el resarcimiento de los daños y perjuicios que la inexplicable y temeraria conducta del Badalona me ha causado a mí y a mi familia».
