La temporada del Orihuela CF tiene tintes de bucle con un final que no tendrá término medio. Gloria máxima o fracaso estrepitoso. Jornadas en la que te escapas a medias, fines de semana de oportunidades desperdiciadas y una montaña rusa en la que nunca pasas por la mitad de la atracción.
Nadie resta méritos a los meses de liderato consecutivo pero los escorpiones llegan cogidos con pinzas al tramo decisivo. Sin el colmillo atacante de antaño y sin la firmeza defensiva que permite cerrar el candado y asegurar al menos puntuar.
Este domingo los de Óscar Sánchez saltaban al campo sabiendo de los tropiezos de Atzeneta y Torrent. Una victoria ante el Levante B era medio alirón. Cinco puntos de ventaja con 9 en juego permitían tomar la licencia de respirar.
Pero ya viene anunciando el técnico que todo se decidirá el último día y así será. Los granotas remontaban el gol inicial de Ayo para retener el triunfo en su feudo y abofetear la moral de los amarillos. Tres finales por delante y solo dos puntos de renta.