Desde la derrota en Las Fuentes contra el Aspense, la permanencia del Callosa B adquirió tintes épicos. Solo una carambola en su liga y en el resto de grupos valía para mantener la categoría en Primera Regional.
Este fin de semana se consumaba el regreso del filial callosino a los infiernos de la Segunda Regional de la Vega Baja. Un empate en La Frasquitina ante el Monnegre de Mutxamel cababa la tumba definitiva.
Una temporada complicada y marcada por un cambio de entrenador en la primera vuelta y la acumulación continua de bajas en la plantilla que finalmente terminó dirigiendo Joaquín Rives.
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