José María Cases colgaba la pasada semana las botas en una decisión meditada que deja atrás décadas de fútbol en la capital de la Vega Baja. Torrevieja y Callosa de Segura han sido las dos últimas paradas de un tren con un recorrido inolvidable que repasaba este miércoles en SER Deportivos Vega Baja.
«Llevo toda mi vida jugando al fútbol y seguro que con el paso de los meses volverá el gusanillo pero creo que esta es la decisión correcta. Ya no disfrutaba en el campo como disfrutaba antes, mi cuerpo tampoco hacía lo que decía mi cabeza y aparte cada vez es más complicado que hayan jugadores como yo. Se busca resultado inmediato», explicaba el mediapunta.
El fútbol le había dejado un sabor amargo en los últimos tiempos pero tras su despedida ha podido tener su reconciliación: «He acabado un poco disgustado porque todo el mundo mira solo por sí mismo, estaba cansado de esto. Pero esta semana he recibido tanto cariño que me ha hecho recordar épocas anteriores y me quedo con eso. No es solo ascensos o goles, es la gente que conoces y me siento muy orgulloso de mi carrera».
Cases ha sido un ídolo para la afición del Orihuela CF y un aficionado en la cercanía y la distancia: «Hay jugadores que soñaban con jugar un Mundial y yo solo soñaba con jugar en Los Arcos con mis hermanos. Aquí he disfrutado más de los éxitos y me he sentido más responsable de los fracasos. Es muy bonito cuando las cosas han salido bien y muy duro en las malas».
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