El Orihuela CF no encuentra el camino a la victoria. Ni con marcador a favor, ni remontando, ni jugando casi una parte entera contra 10 jugadores. El derbi contra el Hércules fue una prueba más del bache que atraviesan los escorpiones desde el parón navideño.
Lolo Pavón adelantó a los de Gerard Albadalejo con un cabezazo que lo puso todo de cara. El balón parado daba oxígeno a un equipo necesitado de buenas noticias y viento a favor.
Pero el Hércules se repuso bien para coger el peso del partido. Los alicantinos dominaron el resto del primer acto contra un Orihuela CF que supo sufrir para aguantar la renta.
El principio de la segunda fue un terremoto que lo cambió todo. Primero la expulsión de Erice y acto seguido el gol del empate de Moisés. Un golpe demasiado duro pero con toda una parte por delante para levantarse.
Los escorpiones se adueñaron del balón. Nil y Cases salieron al campo para hacer daño por dentro y el equipo vivió sus mejores momentos, pero sin premio final. Un punto amargo que mantiene al Orihuela en la zona baja.
