Segunda parada en el carrusel de partidos consecutivos y segundo mazazo para el Orihuela CF. Tres días después del decepcionante duelo ante el Atzeneta, el equipo volvía a saltar al césped de Los Arcos para recibir al colista de la liga. Un Atlético Levante que solo sumaba un triunfo en todo el campeonato.
Pero tal y como recogió la pasada semana Albadalejo, el Orihuela CF encaja dos goles ante cualquiera y este miércoles sucedía por cuarto partido consecutivo. Poco queda ya del equipo sin fisura ni fallos groseros en defensa del inicio de temporada.
El primer golpe llegó muy pronto. Un penalti cometido por Doriano condenaba a los locales a ir a remolque y multiplicar un esfuerzo físico ya mermado. Pero el 0-1 espoleó a los escorpiones que encontraron los mejores minutos en muchas semanas.
El derroche de Solano, el talento de Javi López, la zurda de Ferrán Giner y la batuta de Chechu Flores pusieron contra las cuerdas al filial granota hasta lograr el merecido empate a uno. Un gol en propia puerta significaba la igualada y ponía justicia en la tarde de la Vega Baja.
Pero la vuelta a la competitividad del equipo no tuvo el premio de la remontada y los palos evitaron un triunfo que era imprescindible. El Levante aprovechó una contra para poner el definitivo 1-2 y mandar a la lona a un Orihuela CF que ya suma su cuarta derrota consecutiva.