Óscar Sánchez llegaba al Orihuela CF a finales del mes de noviembre del 2021 como la vitamina necesarioa para revitalizar a un grande de la Tercera División Valenciana. Era el sustituto de José Manuel Más y tenía por delante una ardua tarea en varias direcciones.
En lo deportivo se quedó al borde entrar en playoff de ascenso con un varapalo en la última jornada de liga que suponía la primera cicatriz en su estancia en la Vega Baja. Eso sí, el club le demostró su confianza apostando por él para confeccionar la siguiente plantilla desde la pretemporada.
La 2022/2023 fue una constante estancia en las alturas: líder de principio a fin de un campeonato que tuvo que rematar en la última cita de la liga regular. El ascenso a Segunda RFEF y la estabilidad que pretendía el Orihuela CF le hicieron merecedor de una renovación que se prolongó durante varias semanas de verano.
Óscar casaba con la idea de las altas esferas del club en cuanto a la modernización y a la profesionalización del día a día. El salto de categoría implicaba apostar fuerte y el técnico murciano había demostrado carácter y liderazgo en el vestuario.
El aterrizaje en Segunda RFEF ha supuesto un desencanto paulatino entre las partes. El entrenador insistía en que el objetivo era la permanencia y afianzarse en el nuevo contexto mientras que desde el club se pedía y se transmitía ambición por más.
Los resultados de los últimos dos meses y la pérdida de energía del equipo han desembocado en la ruptura final. Especialmente dolorosos han sido los golpes recibidos en Los Arcos. Demasiados goles encajados y muchos puntos perdidos con rivales directos.
FOTO: ORIHUELA CF