- Artículo de opinión de Javi Aguilar, vicepresidente del Club de Fútbol Popular Orihuela Deportiva
En 2016 nació la locura del CFP Orihuela Deportiva para organizarse en torno a un modelo cooperativo de gestión y demostrar que existe una alternativa seria y viable al fútbol tradicional. Con la idea de crecer deportivamente sin desatender la vida social de Orihuela y de la Vega Baja hacemos balance 5 años después.
Hay motivos para estar orgullosos de lo conseguido. En primer lugar, debemos recalcar que el modelo de accionariado popular, similar al de una cooperativa, hizo que muchas de las personas que trabajan voluntariamente en el proyecto tuvieran que formarse o aprender muy rápido. Otros aportaron su valor profesional en el ámbito económico, deportivo o comunicativo para marcar un guion propio que permitiera al club durar y crecer.
Desde el principio trabajamos para involucrar en el trabajo diario del club a los aficionados que se iban acercando. También en el terreno de las decisiones, aunque eso fue lo más difícil. Estábamos tan acostumbrados a ser meros clientes del fútbol, sin voz ni voto, que decidir, participar y organizar eran verbos ajenos a la mayoría. Y costó que dejaran de serlo. Os podéis imaginar que pese a nuestras nobles intenciones culminamos un primer año repleto de errores, imprecisiones y aprendizajes forzados.
Para que socios, patrocinadores y la sociedad de la comarca creyeran en que el Orihuela Deportiva no era un modelo utópico o un proyecto pasajero nos comprometimos a ser un club sin deudas, democrático y transparente. Así pues, desde el primer día exponemos mensualmente la situación de la tesorería a todos los socios para que puedan fiscalizar el trabajo que realiza cada comisión. Se exponen en asamblea todos los gastos significativos y son los socios los que eligen el diseño de las equipaciones, los horarios de los partidos o qué eventos debemos preparar en nuestra sede social, que es uno de los grandes logros del club.
En estos 5 años nos hemos acercado a las asociaciones comarcales que nos han necesitado o para las que hemos podido servir de altavoz. Adis Vega Baja, Vega Baja Acoge, Cruz Roja, Atrévete o la Fundación Cultural Miguel Hernández son algunas de entre las muchas con las que hemos trabajado en campañas, actos, eventos o recogidas de alimentos. Ser parte de la comunidad es algo a lo que otros clubes de la Vega Baja habían renunciado, salvo en actos muy puntuales. Ser un club de fútbol que tenga actividad más allá del fútbol es el mayor estímulo para seguir integrados en la vida de nuestra tierra. Este año, por ejemplo, con asociaciones ecologistas que participan en el diseño de unas equipaciones fabricadas con materiales reciclados y con detalles que defienden y recuerdan los derechos del colectivo LGTBI.
La transparencia, la seriedad con las finanzas o la relación con las asociaciones de nuestro entorno están bien, pero no servirían de nada si no hubiera socios que lo respaldasen, resultados deportivos satisfactorios y una afición que lo disfrutara. Pese a la pandemia, la afición del Deportiva ha seguido ahí y este año hemos alcanzado el número máximo de socios en el club. Un ejemplo de fidelidad y amor a unos colores que da sentido a todo el trabajo que realizamos. Y pese a estas buenas noticias, hay otros asuntos en los que debemos mejorar.
Uno de los retos para el futuro implica una mayor fluidez en la relación con nuestras instituciones. La colaboración mutua es imprescindible para que tanto el primer equipo como nuestra incipiente cantera continúen ofertando un servicio para los deportistas y profesionales de la tierra y un entretenimiento para los cientos de aficionados del club.
El momento más brillante de nuestra corta historia, cuando conquistamos el ascenso de categoría, se tuvo que disputar fuera de Orihuela. Solo el Municipal de Los Arcos podía haber acogido con todas las medidas de seguridad a las más de 800 personas que acudieron a Cox a ver aquel partido.
Debemos trabajar en común para cuidar proyectos de emprendimiento como el del Deportiva, que genera actividad económica, deportiva y social y que pasea con orgullo el nombre de la ciudad de Orihuela, tanto en el terreno de juego como fuera de él, donde somos uno de los máximos exponentes de la corriente de fútbol popular en España.
