Por las familias de los futbolistas que han formado su propio equipo de remo, por las cicatrices de ascensos perdidos lejos de casa, por un grupo de jugadores que transforma sufrimiento en gloria, por una directiva que lo ha dejado todo por un escudo, por cada uno de los trabajadores que multiplican más que suman, por un cuerpo técnico que ha roto todos los techos, por la afición que va a Barakaldo, por los que lo seguirán en la distancia, por los que ya no están, por esos niños que son el mejor legado de este Orihuela CF.
Lasesarre esconde las llaves del ascenso a Primera RFEF y el equipo de Sergi Guilló tiene mil y una razones para creer hasta el último segundo. El camino se demuestra andando y ellos han aprendido sobre la marcha que son capaces de todo.
El 3-1 de la ida en Los Arcos es solo un dato más en la escalada de confianza que vive el sentimiento escorpión. Nada está hecho y a la vez el camino es ya imborrable pase lo que pase en los 90 o 120 minutos de este sábado a las 18:30 en tierras vascas.
Es el momento de recordar todas las salidas en las que cimentó el pasaporte al playoff, aquella ola improvisada en casa, las inferioridades encadenadas que han terminado siendo pegamento, los integrantes de la plantilla que empezaron y los que terminan. Es el día D, la hora H.
