El Orihuela CF de Villafaina siempre se hace mayor con el paso de las jornadas. Es una situación que se ha repetido en las otras temporadas y que sucederá en esta. Aunque quizás esta vez vaya a ser más rápido y sufriendo golpes de los que dejan cicatrices. Como la incertidumbre que rodea al hogar del Orihuela CF.
Lo sucedido estos días en la capital de la Vega Baja ha dejado huella para siempre. El derbi contra el Hércules era un sueño de muchos aficionados en la travesía por Tercera División. Llegaba en una situación extraña. Con un mal inicio de temporada a nivel deportivo por parte de ambos equipos. Sin que ninguno de los dos conociera la victoria.
El Orihuela saltó al Rico Pérez sin complejos. Villafaina dijo en la previa que quería el balón y su equipo le hizo caso. Dominio alterno y llegadas para ambos conjuntos. En la primera de los visitantes llegó el gol. Penalti sobre Cases y 0-1 de Chechu Flores que no lo celebraba contra su ex equipo. Dos minutos iba a durar la alegría porque Samuel empataba para el Hércules en el 21′.
En el minuto 30 Fondarella aparecía para hacer su primer gol con la camiseta escorpión. Un gol que sería decisivo. Antes del descanso, los herculanos pudieron empatar pero Emilio levantó el muro y el árbitro mandó a vestuarios.
La segunda parte estuvo dividida en dos. El Orihuela pudo ampliar la ventaja hasta que le duró la gasolina. Especialmente a través de las diabluras y la conexión entre Chechu y Brian. Cases la tuvo a puerta vacía pero el balón se marchó fuera.
El final del partido fue de sufrimiento. Villafaina quiso atar los tres puntos y sacó artillería defensiva. Pero apareció la figura de Pitu para explotar el encuentro. Una contra fulgurante del extremo significó el 1-3 y la primera victoria de la temporada de un Orihuela CF que se ha hecho mayor en el derbi.