Es prácticamente imposible encontrar en España un ejemplo mejor de lo que significa honrar la Copa del Rey sin siquiera haber llegado a eliminar a un Primera División, pero el Orihuela CF ha vuelto a poner en el mapa la capital de la Vega Baja por tercer año consecutivo.
No es que se haya nadado para morir en la orilla, es que el equipo de Pato sale más vivo que nunca de la eliminatoria ante el Levante UD. Pese a encajar 4 goles en casa, a pesar de encajar la diana definitiva en el descuento y con una cicatriz más en el cuerpo de sus aficionados.
El partido empezó cuesta arriba, pero los escorpiones nunca se salieron del mismo. Solsona contestó desde el punto de penalti el 0-2 tempranero, Gonzalo Miranda puso el 2-3 y Ayo luchó contra las leyes de la física para colgarse del cielo de Los Arcos en el empate a 3.
El Levante sufrió como si el equipo de Segunda Federación fueran ellos, pero aprovechó la adrenalina para hacer el 3-4 más allá del 90. Un gol que duele, pero no derriba. Que hiere, pero no mata. Porque mañana habrán muchos más niños del Orihuela CF queriendo vivir más noches como esta.
FOTO: ORIHUELA CF


 
					