El corazón de un campeón va mucho más allá de los resultados. Es saber superar obstáculos. Hacerte fuerte cuando salen a la luz tus más ocultas debilidades. Contagiar un estado de ánimo a los que están a tu alrededor. Ser en definitiva el alma de un pueblo.
El Callosa jugará el próximo sábado la gran final del playoff de ascenso a Tercera RFEF porque ha firmado una primera parte para guardar contra l’Alcudia en el partido de vuelta de la primera eliminatoria.
Pese a que los valencianos se adelantaron cuando la mitad de El Palmeral se acomodaba en su asiento y pese a que los chicos de Roberto Campillo salieron atenazados al encuentro.
Bastó ese balazo para descongelar el corazón callosino. Desde entonces un sinfín de oportunidades de las cuales dos acabaron en gol. Samu y Víctor García clavaron el cuchillo para culminar una remontada justa y dar el pase a la final.
La segunda parte fue de somnífero y de asimilar lo que viene. Un solo partido para culminar el sueño. Más cerca que nunca y a la vez tan difícil. 90 minutos para un corazón que ya pase lo que pase ya es de campeón.