La vida era color de rosa en los aledaños del Campo Municipal de Los Arcos cuando amanecía este domingo. El Orihuela CF jugaba por la mañana y los niños con camisetas amarillas coloreaban poco a poco la capital de la Vega Baja.
Los de Óscar Sánchez habían hecho pleno como locales en lo que llevamos de curso 2022/2023. No eran simplemente victorias y puntos, eran mensajes para sus rivales. Visitar su ciudad era sinónimo de tener pocas oportunidades para rascar algo.
Una dinámica que ha conseguido romper el filial del Levante UD con un gol en el primer minuto de la segunda parte. Un jarro de agua fría que ha sido imposible de secar por más intentos que se realizaran. Adiós imbatibilidad en casa y adiós a una escapada todavía mayor en el liderato.