Un pie que parece un guante, un trabajador incansable y uno de esos futbolistas que hace grande el fútbol de la Vega Baja. La magia de Rubén Sanz dejaba sus últimas gotas en Villena, el campo en el que el jugador de Almoradí vivía el final de su carrera.
El viejo rockero del CD Thader se retira del deporte rey tras la temporada del centenario del club rojalero y con dos playoff de ascenso jugados con ellos. Pero su legado va mucho más allá de los datos y las cifras. Es uno de los representantes de una generación irrepetible.
A punto de llegar a los 40 años ve su retirada como una decisión natural. El Moi Gómez echará de menos su creatividad, su balón parado milimétrico y su visión de juego periférica. El mejor socio de todos pone punto y final a su carrera.
ENTREVISTA EN SER DEPORTIVOS VEGA BAJA:
FOTO: MIGUEL MENÁRGUEZ