La figura del portero-jugador es habitual en el fútbol sala cuando uno de los equipos necesita remontar un partido. Se quita la protección en el área propia pero se abre el abanico de variantes provocando incertidumbre en la defensa rival.
En el Sporting Saladar llegaba la pasada jornada la del portero-goleador. Y es que Yonai Culiáñez, guardameta habitual del conjunto de Pedro Vera conseguía un doblete en la goleada de su equipo ante el colista Atlético Crevillente (0-9).
Yonai cambiaba los goles por la dinamita para saltar al campo en los últimos 15 minutos del encuentro. Un remate a centro lateral y un mano a mano para redondear el triunfo de los suyos y dejar la anécdota de la jornada en el fútbol de la Vega Baja.
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