José Francisco Grao aceptó emprender su tercera etapa en el banquillo del Orihuela CF en el papel de apaga fuegos. La temporada había llevado al equipo a rozar los puestos de descenso en una peligrosa dinámica que les dejaba sin apenas margen de error.
En un mes despejó los fantasmas e invitó a soñar con cotas más grandes. Desde este pasado fin de semana el conjunto de la Vega Baja tiene asegurada matemáticamente su presencia una temporada más en Segunda RFEF, el mínimo exigible en esta 24/25.
Pato ha cumplido su parte del pacto y el club lo valoraba hace un par de semanas con una renovación ganada a pulso. Con el objetivo de la permanencia, con aceptar la llamada en los peores momentos y con la ilusión de una oportunidad como Dios manda.
FOTO: MANOLO GONZÁLVEZ