La de Aitor Gonçalves es una de esas abruptas salidas que vive a veces el fútbol regional de la Vega Baja. Destituido a falta de dos jornadas de liga con el Callosa B en Tercera FFCV y con un relato que dejaba este jueves en SER Deportivos Vega Baja.
«Las condiciones más básicas que se tenían que cumplir para quedarme no se iban a dar. Me dicen que es un filial y que no eran viables. Tras perder contra el Benejúzar me comunican que era mejor que no siguiese. Yo solo pedía cosas para la mejora del equipo como entrenar a campo entero, tener 15 de balones, un día de fisio, dos juegos de conos… son cosas muy básicas. Lo que no puede ser es que te vayas a jugar la liga y no tengas ni balones».
«Creo que mi destitución es un reflejo de lo que ha pasado esta temporada en el Callosa, se han tomado demasiadas decisiones en caliente sin tener un plan B. Lo mismo con el primer equipo y los tres cambios que han tenido en el banquillo», ampliaba el exentrenador del Sporting Dolores.
«Se me queda un poco la espina porque me hubiese gustado ver al club en un año de buena gestión donde todo hubiera ido más fluido. Cuando vas a un filial sabes a lo que te expones pero yo no esperaba estar tan limitado de recursos».
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